Tomar café es uno de esos grandes placeres de la vida. No sólo aporta la energía necesaria para empezar el día, sino que además transmite una sensación de bienestar y es bueno para la salud. Según varias investigaciones realizadas en diferentes países, entre las que destaca un estudio realizado en Holanda durante trece años, se ha demostrado que el consumo moderado de café es recomendable por sus aportes al organismo.
Además, un reciente estudio confirmó que beber 3 cafés al día reduce la mortalidad prematura entre un 8% y un 18%. Se trata del mayor estudio hasta la fecha que constata cómo una de las bebidas más consumidas en todo el mundo tiene efectos beneficiosos en la salud, tanto en su versión con cafeína como descafeinada. Mantiene alerta, ayuda a quemar grasas, contiene nutrientes esenciales y disminuye el riesgo de padecer diabetes y otras enfermedades como el Alzheimer o Parkinson.
Son muchas las personas que toman café diariamente, en mayor medida, por la mañana, para despejarse antes de ir al trabajo, y por la tarde después de comer, haciendo de ello un hábito social. No es de extrañar que los consumidores se planteen, en muchas ocasiones, qué efectos produce en su cuerpo y de qué manera repercute en su salud este líquido maravilloso.
El café es una infusión que hasta el momento contaba con muchos detractores, pero ahora también con el apoyo de numerosos científicos. El Congreso de Biología Experimental ha demostrado que el consumo "moderado" de café reduce las posibilidades de padecer Alzheimer, Parkinson, cálculos renales y biliares, además de ejercer un efecto protector ante algunos tumores (recto, colon e hígado). También parece mantener alejados los estados depresivos.
A pesar de que todavía existe mucha leyenda negra sobre el café, los expertos confían en que se puede consumir diariamente sin hacerlo de manera exagerada. Lo ideal sería tomar menos de tres tazas al día, pero todo depende de cada persona, ya que esa cantidad para una persona que no suele tomarlo sería un consumo exagerado, mientras que, para una persona que suele tomar un par de tazas al día, sería abusivo tomar cinco o seis.
La cantidad recomendada de cafeína diaria es de entre 100-300 mg. ¿Cómo controlarlo? En casa, preparando el café de forma casera para tener en cuenta el grado de intensidad de la bebida; fuera de casa, los cafés fríos listos para tomar son perfectos, puesto que cada cup reúne las cantidades justas de cafeína (desde los 80 mg hasta los 120 mg), con lo que resulta más sencillo no sobrepasarse.
El consumo moderado de café, esto es, entre dos y cuatro tazas diarias, tiene los siguientes aportes al organismo, según se ha podido probar en los estudios realizados:
Pero hay más. El café se ha hecho un hueco como aliado de belleza gracias a sus componentes. Diversos estudios han comprobado cómo el café ofrece grandes beneficios para la piel, el pelo y la salud en general. ¿Por qué incorporar el café en nuestra rutina de belleza diaria? Descubre los motivos por los que tomar café te pone guapa:
El café no sólo ayuda a despertar los sentidos y mantener la mente activa, puesto que también provoca una sensación refrescante e hidratante, sobre todo en su versión fría. La cafeína, además, mejora el estado de ánimo al ser un estimulante natural, que provoca una mayor producción de dopamina, un neurotransmisor que fomenta la euforia y el bienestar. Todo ello repercute en un sentimiento de confianza y bienestar general.
Entre sus muchas propiedades, la cafeína funciona como un antiinflamatorio natural, lo que permite reducir las rojeces e inflamaciones en la piel, manteniéndola cuidada y en equilibrio. La razón por la que la cafeína funciona como antiinflamatorio es la adenosina, un componente con propiedades inflamatorias que se encuentra en nuestro cuerpo. El proceso es el siguiente: la cafeína bloquea la función inflamatoria de la adenosina, logrando de esta manera desinflamar y mantener la piel en equilibrio.
Las clásicas ojeras tienen los días contados gracias al café. El problema derivado por diversos factores como la falta de sueño o la deshidratación puede combatirse con la cafeína, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, que reducen las ojeras y favorecen la circulación en zonas tan críticas como el contorno de ojos.
El mantenimiento y buena salud del cabello es otra de las preocupaciones estéticas más comunes. Mantener el ciclo de crecimiento del pelo en buen estado es importante, y para ayudar al funcionamiento, la cafeína se considera un estimulante de los folículos capilares, incrementando el crecimiento del cabello y un tratamiento natural contra la caída del pelo.
El poder antioxidante del café hace de él un básico en los tratamientos de belleza contra la celulitis. Tanto en su versión tradicional como si se usa a modo de exfoliante, mantiene hidratada la piel y evita la retención de líquidos, principal causante de la celulitis.
El café se hace un hueco como bebida del verano puesto que la cafeína evita el daño que los rayos UVA provocan en la piel, gracias al alto contenido de polifenoles, potentes antioxidantes que no se degradan en el proceso de tueste. Este poder le convierte en un alimento antiage, ya que ayuda a mantener la piel lo más brillante y elástica posible, factores imprescindibles contra el envejecimiento y la aparición de arrugas o líneas de expresión. Según estudios de la Universidad de Scraton en EEUU los polifenoles refuerzan el sistema de protección natural del tejido celular de la piel, neutralizando los radicales libres y retrasando la aparición de arrugas.
El café a primera hora de la mañana tiene los días contados. Al despertarnos, producimos una gran cantidad de cortisol, la hormona encargada de mantenernos activos al poner un pie fuera de la cama, con lo que el papel del café queda relegado, ya que nuestro propio cuerpo produce las herramientas necesarias para estar activos. ¿El mejor momento para tomar café? Entre las 10 de la mañana y el mediodía, y entre las 2 de la tarde y las 5 de la tarde. También es ideal disfrutar de un café antes de echarse una siesta, hasta los 20 minutos de sueño la cafeína no ha hecho el efecto activador, el tiempo perfecto para despejarse y continuar con el día.
Como ha demostrado un estudio de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, la cafeína tiene propiedades antiinflamatorias, de modo que su consumo ayuda a prevenir las agujetas.
Según dicho estudio, la cafeína bloquea la adenosina, un compuesto que provoca el dolor durante y después del ejercicio y es por este motivo que deja de doler, ya que la cafeína que contiene el café inhibe la producción de esta sustancia.
Así, expertos recomiendan aprovechar al máximo las ventajas de la cafeína. Para ello, se puede tomar un café antes de ir al gimnasio acompañado de una comida ligera una o dos veces por semana para que las agujetas aminoren.
"Un expreso contiene entre dos y tres veces más de antioxidantes que el café hecho de otra forma", afirma la nutricionista Chiara Trombetti, del instituto Humanitas Gavazzeni de Bergamo, Italia. "Los taninos y antioxidantes son buenos para el corazón y las arterias, alivian el dolor de cabeza y ayudan a prevenir la cirrosis", declara Chiara.
Eso sí, no te pases en el consumo de café o podrás sufrir de insomnio, nerviosismo, temblores, diarrea… Un expreso diario es la medida adecuada, en el equilibrio está la clave.
Aunque la gran mayoría de los consumidores de café lo desconoce, existe una gran cultura en torno a este producto que tiene fans en todo el planeta.
Los tipos de café existentes se pueden dividir en función del origen geográfico, de la planta de procedencia y del proceso de tratamiento. Así, no es lo mismo un café de origen latinoamericano que uno asiático, ya que cada uno de ellos tiene unos matices diferentes.
Por otro lado, tal y como explica Raquel Merino, learning manager de Starbucks, no es lo mismo un café natural que un café torrefacto. El primero de ellos es de mejor calidad y posee menos cafeína que el segundo, al cual se le añade azúcar durante su procesamiento.
Hay diferentes variedades de café pero las más consumidas son: arábica, con menos cafeína y un sabor más suave y, robusta, tiene una calidad mayor y cumple con los tres pilares de un buen café: aroma, cuerpo y acidez.
Tal y como ocurre con el vino y la cerveza, el café se cata. Para poder realizar una cata de café es necesario prepararlo en una cafetera de émbolo en la que se deja reposar cuatro minutos. Una vez pasado este tiempo, el café se sirve y posteriormente se huele para identificar aromas diferentes al del café. Por el olfato se puede reconocer si un café es de alta o baja calidad. Los aromas más agradables suelen ser florales, frutales, a chocolate o caramelo, etc. Y los que menos gustan, son los aromas a madera o tierra.
El color también es importante y depende del tueste. A menos nivel será más claro, mientras que, si el nivel de tostado es superior, el color del café será casi negro. Se recomienda un grado de tostado medio sin llegar a estar pasado o quemado.
Después de olerlo, se sorbe, a fin de identificar cuerpo y acidez. Se considera que el café debe ser amargo, pero en realidad es todo lo contrario. Un buen café debe tener un equilibrio entre la acidez y el dulzor. Por último, la bebida se combina con algún alimento que haga que el sabor en la boca se balancee.
La temperatura es un factor clave en el café perfecto. Para los baristas expertos, si se toma a una temperatura por encima de los 80ºC, se pierden las tonalidades y aromas. Las semillas de café potencian su sabor en frío, especialmente si ha sido refrigerado.
Para degustar una exquisita taza de café es necesario tener en cuenta unas pautas básicas:
¡Truco! Cuando te sobre algo de café, no lo tires, congélalo vertiéndolo sobre las bandejas para cubitos de hielo vacías. Podrás utilizar ese café en otro momento agregando los cubitos que necesites a la leche caliente.